Fue totalmente inesperada. La verdad, este libro ya no debía tener una presentación como tal, porque salieron a la venta directamente en la Feria de Escritores 2011. Curiosamente, el año pasado hubo una presentación de libros en mi universidad, aunque eran puro libros académicos. Entonces mi docente, director de mi carrera, Marcelo Guardia, me preguntó si quisiera presentar mi libro junto con los demás. Francamente me sorprendió, pero desde luego, acepté.
El evento se llevó a cabo en el auditorio de la biblioteca de mi universidad (UCB) el 13 de octubre del 2011 a las 19.00. Había una mesa larga al frente, en la cual los autores que presentaban libros se acomodaban por turnos y tenían cierto tiempo para realizar su presentación.
El evento se llevó a cabo en el auditorio de la biblioteca de mi universidad (UCB) el 13 de octubre del 2011 a las 19.00. Había una mesa larga al frente, en la cual los autores que presentaban libros se acomodaban por turnos y tenían cierto tiempo para realizar su presentación.
No asistió tanta gente como hubiera esperado de un evento así, aunque sí vinieron estudiantes de un colegio. Los autores de los otros libros eran otros docentes y algunos señores a los que no conocía. Fui la única estudiante y de paso, con una novela literaria. En algún momento pensé, "no debería estar aquí". De todas formas, agradecí a todos y hablé brevemente de La Muerte quiere Morir.
Recuerdo que al finalizar las presentaciones (fui la penúltima) una pareja se me acercó afirmando que hay vida después de la muerte. Tal vez la pinta de mi libro les hizo pensar que planteaba algo más oscuro, no sé. De todas formas aseguré que manejaba una ideología que partía del catolicismo, y se sintieron más tranquilos.
Aquí la mesa que estaba en la entrada del auditorio, con varios de los libros disponibles a la venta (incluyendo los míos). Otra pareja me preguntó cuál de mis libros sería mejor para su hija (la niña en la foto), a lo que tuve que responder con tristeza que mis libros iban dirigidos más a un público joven, con un poco más de edad. Algún día escribiré algo para niños.
Antes de irme uno de mis docentes, Ernesto Guevara, me ofreció hacer un cambio de material. Fue genial ver que no paso tan desapercibida después de todo. Seguiré adelante.
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