Anita Triveño Gutiérrez nos presenta Canciones del
Corazón Mojado, primer volumen de la saga El Devorador de Almas, dentro
del subgénero de la fantasía inmerso en la narrativa boliviana. Esta
obra es un canto literario para los jóvenes ávidos de aventuras en
mundos sobrenaturales o maravillosos.
La
ciudad de Cochabamba es el escenario de aventuras inverosímiles donde
aparecen sueños para quien parece no vivir la realidad, y sí existe en
un mundo fantástico lleno de entidades maravillosas que hacen que la
vida tenga un significado.
El
argumento nos lleva a un mundo donde los personajes no solamente están
en una etapa natural de su desarrollo, sino que también atraviesan por
una crisis existencial fruto de un proceso de deterioro de la propia
sociedad. Moria y Silver representan a una pareja joven, en una relación
auténtica pero, al mismo tiempo, fantasmagórica. Ambos son luz y sombra
de una misma realidad incrustada en una historia ficcionada. “Yo era su
vida, pero él también era la mía” dice la protagonista principal, para
mostrar la interdependencia existencial de dos espíritus, tangibles e
intangibles, al mismo tiempo.
En
la obra, figuras míticas emergen detrás de la imaginación de los
personajes. Anita Triveño describe los sucesos de forma pulcra y
detallada. El tiempo y el espacio armonizan en hechos entrelazados que
dan lugar a un hilo narrativo muy singular. El lector vivirá la realidad
y la irrealidad al mismo tiempo.
Anita
Triveño es una escritora joven para jóvenes. Su potencial es enorme, y
esto lo muestra con una vasta producción de novelas dirigidas a la
juventud. Entre sus obras podemos mencionar: La Luna de Apolo (2009),
Cazador de Sombras (2010), La Muerte quiere Morir (2011) y Sibelle para
Benjamín (2012). En ese contexto, ella parece decir que los jóvenes son
el mañana y que su magia puede cambiar el mundo.
Anita
se aventura por caminos donde la historia fluye y los personajes
muestran sus emociones y sus formas de ver y pensar, traducidos en un
lenguaje simbólico. Esto
muestra el potencial de Ana Triveño para el futuro y que poco a poco,
seguramente, se transparentará mucho más en su obra cuando logre
penetrar en las profundidades de su ser y encuentre su alma ligada a los
mundos reales y fantásticos. Así podrá recrear el mundo y transformar
la sociedad. Y por cierto, siendo Bolivia un país carente de
bibliografía dirigida a la juventud, el aporte de Anita sobresale mucho
más todavía para el lector ávido de historias fantásticas, muy
fantásticas.
Iván Prado Sejas
Escritor
*Este artículo fue publicado en Los Tiempos.
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